La Exposición Universal de Sevilla 1992, la que se conoció popularmente como la Expo, fue una muestra universal que se realizó para conmemorar el V Centenario del Descubrimiento de América. Con el lema La Era de los Descubrimientos y con el simpático pájaro Curro como mascota, Sevilla se abrió al mundo durante seis meses, donde la ciudad vivió y disfrutó de un acontecimiento que quedó grabado universalmente para la posteridad.

El origen de la Expo se germinó en un viaje de los Reyes a la República Dominicana en 1976. En el transcurso del viaje, el Rey Juan Carlos indicó en un discurso su intención de organizar una exposición Iberoamericana, como las que organizó en Sevilla y Barcelona, su abuelo Alfonso XIII. Cinco años más tarde, el Ayuntamiento de Sevilla aprueba la petición de su majestad y, a principios de diciembre de 1985, la asamblea de la OIE (Oficina Internacional de Exposiciones) decide que Sevilla será la sede única de la Expo´92, tras la renuncia de Chicago a organizarla conjuntamente.

La celebración del acontecimiento transformó la ciudad urbanísticamente, se construyó una nueva red viaria, nuevas autovías y rondas de circunvalación, se levantó una nueva estación central de ferrocarril y se amplió el aeropuerto, lo que supuso un gran impulso para Sevilla. Entre todas estas obras, habría que destacar la construcción de una infraestructura que supuso un antes y un después para el transporte en España, como fue el AVE.

La Isla de la Cartuja, el centro del mundo durante seis meses

El Ayuntamiento de Sevilla decidió aprovechar 250 hectáreas de terreno agrícola, enclavados alrededor del histórico Monasterio de la Cartuja. La transformación de estos terrenos y de parte de la ciudad, fue considerada la mayor obra pública de la década en Europa. Además, la construcción de toda la infraestructura necesaria, de los espacios públicos y de los distintos pabellones, se realizó en un tiempo récord, produciéndose escasos incidentes. Uno de los más conocidos fue el incendio que se produjo en el Pabellón de los Descubrimientos, dos meses antes de la inauguración del evento.

Una de las actuaciones más destacadas de la Expo fue la reconstrucción del Monasterio de la Cartuja que se encontraba en un estado ruinoso. El edificio sufrió una gran obra de rehabilitación y se le devolvió el esplendor de antaño para convertirse en un símbolo arquitectónico de la exposición y de la ciudad. No en vano, se cuenta que durante años fue el lugar donde vivió y estuvo enterrado el almirante Cristóbal Colón. También se fabricaron réplicas de La Niña, La Pinta y la Santa María, así como de la Nao Victoria.

El 20 de abril de 1992, sus majestades los Reyes de España declararon inaugurada la Expo`92. La participación de países, empresas y organismos internacionales fue abrumadora, en total acudieron 112 países, 23 organismos internacionales, numerosas empresas privadas y las 17 comunidades autónomas españolas. Se construyeron 95 pabellones, de los que 63 eran de países, 5 temáticos, 6 de empresas, 5 de organizaciones internacionales y 17 de las comunidades autónomas. Durante los 176 días que el recinto permaneció abierto al público se contabilizaron un total de 41,8 millones de visitas.

Como curiosidades, hay que indicar que el recinto abría sus puertas a las 9 de la mañana y cerraba a las 4 de la madrugada del día siguiente. Durante todos los días se organizaron conciertos con los grupos musicales del momento, coloridos y multitudinarios desfiles y cabalgatas. Cada jornada se celebró el día de un país u organismo participante y se organizaban actos referentes al mismo.

Por la noche destacaba el Espectáculo del Lago de España donde todas las noches se mezclaban luz, sonido, láser y fuegos artificiales con proyecciones sobre distintos abanicos generados con chorros de agua.

Tras la celebración, la ciudad recibió un destacado e importante legado en forma de edificios e instalaciones. Destaca de manera evidente, la Isla de la Cartuja con distintos edificios como el World Trade Center, Torre Triana, Isla Mágica, Escuela de Ingenieros, Parque Tecnológico Cartuja, Facultad de Ciencias de la Comunicación e infinidad de empresas e instituciones que se asentaron en la zona. La Isla de la Cartuja se ha convertido en un referente científico y tecnológico de la ciudad.