Un estudio de la IE University confirma que los españoles estarían dispuestos a renunciar a la privacidad de sus datos si ayuda a luchar contra la pandemia. Igualmente sucede con los países europeos, ya que la pandemia ha provocado que los ciudadanos estén a favor de la vigilancia para combatir la propagación del temido virus. Analizamos los datos más interesantes del estudio.

El informe de la European Tech Insights de la IE University –con campus en Segovia y Madrid- señala que los ciudadanos europeos se muestran a favor de la vigilancia por parte del Estado y del uso de sus datos personales para luchar contra el COVID-19. El estudio analiza la percepción de la ciudadanía en nueve países europeos (Francia, Alemania, Estonia, Italia, España, Portugal, Polonia, Países Bajos y Reino Unido) acerca del papel de la tecnología y las empresas tecnológicas en la sociedad.

Resulta curioso ver como antes de la pandemia, el 53% de los europeos opinaba que los gobiernos no debían compartir los historiales médicos de sus ciudadanos con empresas como Google sin su consentimiento previo, aunque hacerlo ayudara a desarrollar nuevos tratamientos médicas y a la detección temprana de enfermedades. Sin embargo, en los últimos tres meses, esta preocupación por la privacidad ha disminuido según constata el estudio: en España, esta cifra bajó del 56% al 45% entre enero y abril, y en Italia la caída fue del 52% al 39% en el mismo período.

El COVID-19 también ha impactado en la apreciación de la privacidad de los datos en general. En enero, el 47% de los españoles estaba dispuesto a recortar su privacidad por el bien del crecimiento económico y la seguridad personal. Esta cifra llegó al 51% en abril, un aumento global del 11%. Asimismo, el estudio revela que en dos de los primeros países europeos afectados por el coronavirus, España e Italia, una mayoría (67% y 79%, respectivamente) apoya ahora la implantación de sistemas de rastreo restrictivos como los desplegados en China.

Además, la COVID-19 ha reforzado el sentimiento anti-automatización. Antes de la pandemia, el 42% de los ciudadanos españoles opinaban que los gobiernos europeos «deberían limitar la automatización por ley, para salvar puestos de trabajo y evitar el desempleo tecnológico». A mediados de abril, esta cifra había aumentado en un 14% en España, momento en el que el país estaba experimentando un número récord de contagios.

El informe también analizó otras cuestiones relativas a las actitudes proteccionistas hacia el comercio, la regulación de las nuevas tecnologías y las repercusiones de la COVID-19 con respecto a la privacidad de los datos y la vigilancia. En Gobernanza, el 37% de los jóvenes europeos (18-35 años) prefieren que los ‘avatares digitales’ (algoritmos con acceso a nuestros datos para definir nuestros valores) y no los políticos, representen sus intereses en los parlamentos nacionales. En cambio, solo el 19% de los grupos de más edad valoran positivamente esta opción.

En cuanto al Comercio, el 41% de los europeos (42% de los españoles) piensa que Europa debería seguir el ejemplo de Estados Unidos y aumentar los aranceles sobre los productos chinos para proteger la economía de la región. Esta opinión es especialmente popular en Francia y Polonia, mientras que en Alemania y Estonia están muy en contra, con el 54% y el 59% de los encuestados, respectivamente, en total desacuerdo con la imposición de aranceles sobre los productos chinos. Por último, el 70% de los europeos encuestados piensa que los gobiernos deberían aumentar los impuestos para viajar en avión, especialmente en los vuelos domésticos que pueden realizarse en tren, con el fin de reducir su impacto medioambiental, un porcentaje que es mayor entre los grupos de más edad que entre los más jóvenes.