“Las empresas consideran que los congresos son clave para mantener el crecimiento de su negocio”, asegura el vicepresidente y director general de American Express Meetings & Events, Issa Jouaneh. Sin embargo, también recuerda que “está claro que actúan con más prudencia debido al actual entorno económico y para maximizar la rentabilidad de sus inversiones”. Pese a la recesión, las perspectivas para 2013 en el turismo de congresos son positivas y empujadas por todo esto, y quizá también por la necesidad, la gran mayoría de ciudades españolas ha emprendido una importante apuesta para fomentar este tipo de eventos en sus localidades.

España es un destino de negocios de primer orden. Como recuerda Turismo de España, nuestro país dispone de unas infraestructuras congresuales, de comunicaciones y hoteleras de calidad. Una treintena de aeropuertos internacionales, medio centenar de palacios de congresos, todo tipo de instalaciones versátiles y polivalentes equipadas (auditorios, complejos multiusos, recintos feriales, etc.), una amplia oferta hotelera y la posibilidad de elegir entre grandes metrópolis y ciudades de tamaño medio hacen de España un destino idóneo para el turismo congresual. A ello se suman atractivos programas de incentivos, opciones originales para los amantes de la historia y sedes únicas (como bodegas, cuevas, museos…), además de empresas habituadas a organizar con eficacia grandes eventos y grandes proveedores profesionales (azafatas, traductores, catering, empresas audiovisuales…).

La reciente celebración de la Feria Internacional de Turismo en España (Fitur) ha dejado patente que este escenario, acompañado de unas previsiones positivas para el sector en 2013 pese a los recortes económicos, ha llevado a las ciudades españolas a realizar a situar el turismo congresual como eje  de sus campañas promocionales. La mayoría de capitales se ha “vendido” como destinos capaces de acoger y organizar todo tipo de congresos, convenciones, encuentros e incentivos (MICE): Marbella, Cáceres, Burgos, Santander y Toledo son algunos ejemplos de provincias o ciudades que centraron sus argumentos en el sector MICE para atraer nuevos visitantes a lo largo de este año.

Este interés de las ciudades en el turismo congresual se justifica en el impacto económico que tienen los congresos en España. Los palacios de congresos en España generaron un impacto económico de 8.200 millones de euros en los últimos cinco años con un total de 50.000 eventos y 38 millones de personas.

Estas cifran han animado la construcción de “El Greco”, nuevo palacio de congresos de Toledo, que ha costado más de 50 millones de euros y cuenta con un auditorio con capacidad para más de 1.000 personas y otras siete salas con aforos que suman otros 1.500 asientos. También, entre otras ambiciosas iniciativas, al proyecto de reforma del Palacio de Congresos de Córdoba, que dispondrá de un aforo para 1.500 personas en sus nueve salas (actualmente tiene 1.240 entre las del plenario y otras ocho que contiene el inmueble), y a la futura construcción del Centro de Desarrollo Turístico  en Motril (Granada), que con una inversión de 7 millones de euros será la sede de la Escuela de Hostelería y tendrá un palacio de congresos.