Infinidad de estudios han ofrecido interesantes datos para entender las decisiones que toman los consumidores a la hora de comprar un producto o artículo, una marca u otra. Conforman un grupo extremadamente heterogéneo, inconstante y complicado de predecir, donde sus decisiones de compra dependen de diversas variables. Ahora un estudio se ha centrado en investigar la relación entre la cantidad de testosterona de los hombres y sus decisiones de compra.
Hace pocos meses, un estudio de la Academia de Ciencias de Estados Unidos señalaba que los humanos tomamos las decisiones de compra de forma muy rápida, aunque no seamos conscientes de ello. Siempre pensamos que nuestro cerebro está dándole vueltas a las cosas, aunque en realidad es nuestro subconsciente es el que ya ha tomado la decisión.
Ahora, un estudio realizado por la Universidad de Pensilvania y publicado en la revista Nature Communications, se ha centrado en determinar cómo la cantidad de testosterona podría afectar a las decisiones de compra del sexo masculino. La conclusión es sorprendente, ya que detrás de las preferencias de consumo y compras de los hombres se encuentra una molécula biológica como la testosterona.
Los investigadores descubrieron que cuando la testosterona estaba alta, los consumidores optaban por productos o artículos que tuviesen un efecto status. Ante productos de igual calidad o servicio, los varones se decantaban por aquellos que les hacían parecer de un status mayor, ya que eligieron las marcas de lujo. Según explica Gideon Nave, “los productos de lujo son la versión humana de la cola del pavo real o la cornamenta del ciervo, elementos que los animales cargan sobre sí mismos, y que de este modo demuestran a las hembras que están sanos para compartir experiencias. Es lo similar a conducir un Hummer o un Ferrari”.
La investigación también confirma que los hombres suelen experimentar un aumento de los niveles de testosterona cuando ganan competiciones deportivas, cuando se encuentran ante una persona atractiva o curiosamente después de divorciarse. Tras el estudio, las marcas tendrán que analizar cómo aprovechar esos momentos de “subidón molecular” para intentar visualizar sus productos gracias a las distintas herramientas del marketing moderno.
E-Commerce y productos eróticos
Una de esas herramientas es el e-commerce, que ahora hemos conocido que ha impulsado la venta de juguetes y productos eróticos, además de modificar los hábitos de consumo puesto que los compradores han pasado a ser mayoritariamente mujeres. Esta normalización viene marcada, en parte, por los cambios sociales, por la popularización del feminismo, por la liberalización del sexo o el boom de ciertas modas de consumo, auspiciadas por fenómenos como 50 sombras de Grey.
Pero la influencia más determinante en ese auge de ventas y popularización de productos eróticos ha sido internet. La red ha hecho no solo que encontrar información sea más sencillo, sino que también ha ampliado la distribución de esos productos, ha modificado el modo que se venden y ha eliminado la sensación de vergüenza que podría quedar para muchos consumidores. En definitiva, la red ha permitido comprar lo que se quiera desde casa y sin que nadie pueda decir o pensar nada.
Y los datos así lo corroboran. La facturación de las empresas de estos productos está ya cerca de los 500 millones anuales y con buenas expectativas de seguir creciendo para los próximos años. Por consumo, España se sitúa como líder en Europa en la venta de artículos relacionados con el sexo con una cuota del 20% sobre el total, seguidos muy de cerca por Italia y Reino Unido, ambos rozando el 15%.
Consumo en mujeres y hombres
Según el estudio de la firma Dolce Love, cerca del 80% de las compras que se realizan las llevan a cabo las mujeres, mientras que los hombres que adquieren productos eróticos son el 20%. Casi seis de cada diez féminas de entre 20 y 45 años reconocen haber comprado y utilizado productos eróticos para sus relaciones sexuales. El estereotipo de la compradora lo tendríamos en una mujer con un nivel socio-cultural medio, de clase media y media-alta con nivel adquisitivo medio-alto.
Por el contrario, apenas dos de cada diez hombres reconocen haber utilizado y comprado productos eróticos en sus relaciones sexuales. Ellos son más recatados en el gasto y a la hora de comprar, suelen hacerlo de uno en un producto con un ticket el 15% más bajo que las mujeres. Aproximadamente 40€ por visita.
Finalmente, el informe destaca la importancia del colectivo gay en el incremento de las cifras de venta en los últimos años. El 35% de las compras que se realizaron el pasado año corresponden a hombres y mujeres homosexuales, que en el 80% de las visitas a las tiendas físicas acuden de manera conjunta. No ocurre así en las parejas heterosexuales, cuyas visitas a las tiendas eróticas es cosa de los dos en un 60% de las ocasiones. Se calcula que el gasto medio del español en productos al año asciende a 285€.
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