Por definición, el marketing B2B es aquel en el que una empresa vende sus productos a otra empresa y no directamente a un consumidor final. No hay venta directa, sino que existen intermediarios entre quien elabora el producto y quien finalmente lo consume. Y aunque se pudiera pensar que no lo son, se ha demostrado que las emociones también son cruciales en estos tipos de transacciones económicas entre compañías.

Las emociones son un elemento destacado en lo que a estrategia de marketing se refiere. Desde hace bastante tiempo, los responsables de marketing han comprendido la importancia de las emociones para conectar con los consumidores y para hacer que los productos que lanzan y los mensajes que ofrecen despunten en medio del ruido que generan los mensajes de otras firmas.

Aunque hace tiempo se pensará lo contrario, las emociones también pueden servir para impulsar el marketing B2B y ayudar a vincular mejor con los profesionales y con aquellos que se encargan de tomar decisiones en las compañías. Apelar a las emociones no solo hace que el mensaje destaque, sino que tiene un poderoso impacto en la determinación de compra del consumidor y de quede adherido a su memoria para próximas adquisiciones.

Un tratado reciente señala que los vínculos emocionales también están presentes en el universo B2B y son valiosas. En el estudio se indicaba que los compradores B2B son un 50% más probables compradores de un producto o servicio si le ven valor personal.

En otro estudio, realizado por la agencia Gyro, se desvela un dato interesante: las emociones son muy importantes para impulsar la toma de decisiones a nivel de negocios y tienen que ser tomadas en cuenta por los responsables de marketing. En el informe se analizan los comportamientos, procedimientos y emociones de directivos -todos situados por encima del nivel de director- de grandes empresas. Los encuestados tienen claro lo que buscan en los demás: liderazgo (70%), cultura corporativa (83%9) y un partner que sepa negociar en los momentos de fricción (86%).

Lo más interesante del análisis es que también ha reconocido cuáles son aquellas emociones que, cuando son forjadas por otros, hacen que los directivos entren en negatividad. En definitiva, son las emociones que liquidan el optimismo que buscan dichos ejecutivos. Se tratan de la incertidumbre (77%), el prometer de más (69%) y de la arrogancia (69%).

Cultura corporativa
Como hemos comprobado más de una vez, es fundamental que las compañías inviertan en una buena estrategia de marketing. Suele pasar que, a veces, las empresas descuidan un tipo de marketing que es clave: el interno. Suele decirse que, en casa del herrero, cuchara de palo. Pues se cumple en más ocasiones de las que creemos.

Algunas organizaciones se centran demasiado en factores como el salario, los descuentos para empleados o la promoción interna, y aún siendo importantes, el marketing interno está irremediablemente unido a la cultura corporativa de la empresa. Los expertos hablan de tres aspectos fundamentales para desarrollar una adecuada cultura corporativa: apostar por valores esenciales; por una empresa viva y, por último, fomentar actos extraordinarios fuera del lugar de trabajo.

Cada vez más, las llamadas Start-Up, apuestan por la transparencia, la flexibilidad y la confianza como valores esenciales con el fin de garantizar un buen ambiente de trabajo donde se encuentren presentes el esfuerzo, el respeto y la motivación.

En segundo lugar, la empresa debe ser siempre un ente vivo, en continuo movimiento y con oscilación permanente de trabajadores. Por ello, es importante en los procesos de selección de la compañía, huir de los prejuicios sociales como la forma de vestir, país de procedencia o el género, con el fin de promover un ambiente multicultural y ecuánime.

Por último, una de las mejores formas de fomentar y asentar la cultura corporativa es organizar diferentes eventos para que los empleados puedan conocerse mejor y compartir sus ideas en un ambiente relajado. Hablamos de lo que hoy se conoce como la organización de un “Work-A-Thon”.